Autor principal: Lorena González
Resumen: Los empleadores suelen obligar a empleados potenciales a firmar acuerdos de arbitraje obligatorio como condición de empleo – en efecto exigiendo que renuncien a su derecho legal de reclamar daños y perjuicios si hubiera una disputa. Esta práctica es deshonesta y protege a las compañías transgresoras cuando causan daños, especialmente en los casos que han cobrado visibilidad por el movimiento #MeToo. AB51 pone fin a la práctica del arbitraje obligatorio y ha sido aprobado y promulgado.